A menudo se piensa que estamos condicionados por milenios de selección natural para que nos parezcan atractivos ciertos rasgos, como la simetría facial. Sabemos que nuestros estándares de belleza cambian con el tiempo, pero hasta ahora creíamos que estos cambios se daban relativamente a largo plazo, respondiendo a los medios de comunicación y a la cultura popular.
Además, la mayoría de nosotros creemos que cada uno tiene un cierto «tipo» que permanece constante a lo largo de nuestra vida. Pero resulta que nuestros estándares de belleza no sólo cambian con el paso de los meses o años. Pueden cambiar en un instante.
Parte de la culpa la tiene internet
«La belleza todavía está en el ojo del observador, pero nuestro trabajo en curso sugiere que el observador puede estar cambiando constantemente«, dice Haiyang Yang, autor de un estudio que encontró que nuestro sentido de la belleza puede cambiar basado en las opiniones de otras personas.
«Se puede argumentar que el advenimiento de la era de Internet puede estar causando que la gente cambie sus estándares de belleza más rápido que nunca antes en la historia de la humanidad.»
Investigaciones recientes han encontrado que nuestros juicios sobre el atractivo no sólo cambian, sino que en realidad vemos la siguiente cara como más o menos atractiva, basada en las caras que acabamos de ver. En los sitios o aplicaciones para citas esto sucede repetidamente y en sólo milisegundos.
Nuestro “tipo” depende de lo que acabamos de ver
En un estudio de la Universidad de Sydney, las mujeres participantes calificaron a 60 hombres como «atractivos» o «no atractivos» después de que las imágenes de sus rostros aparecieran en una pantalla durante aproximadamente un tercio de segundo.
Los investigadores encontraron que las participantes eran más propensas a calificar una cara como atractiva si pensaban que la cara anterior era atractiva. Esto también fue en el sentido contrario: también eran más propensas a calificar una cara como poco atractiva si pensaban que la cara anterior era poco atractiva.
«El hecho de que nuestros cerebros se adapten rápidamente a nuestro entorno visual no es nuevo. Lo que es nuevo es la velocidad a la que nuestra percepción de la belleza cambia«, dice Teresa Pegors, ex profesora asistente de psicología de la Universidad Azusa Pacific y coautora del estudio.
El “deslumbramiento” es real, y es culpa de nuestro cerebro
Si te encuentras a ti misma gustando de más gente en línea que en el mundo real, puede haber también una razón. Tiene que ver con la velocidad con la que haces clic en tus opciones. Cuando vemos a alguien un instante, es más probable que lo encontremos atractivo que si lo miramos durante un período de tiempo más largo.
Y así, dada la escasa información que proviene de una rápida mirada, nuestros cerebros están sesgados para percibir la opción de mayor importancia: un mayor atractivo.
Ya sabíamos que nuestras percepciones del mundo se ven fuertemente afectadas por nuestro contexto, nuestro estado de ánimo y las acciones de los demás. Esto siempre ha sido cierto. Pero cuando se trata de ver a nuevas personas ahora estamos procesando mucha más información, lo que hace probable que nuestras propias percepciones fluctúen más rápidamente.